Qué es la sepsis
La sepsis es la respuesta abrumadora y potencialmente mortal del organismo ante una infección, que puede causar daño tisular, insuficiencia de órganos y la muerte. En otras palabras, es la respuesta exagerada y tóxica de su organismo ante una infección.
Su sistema inmunitario usualmente se encarga de combatir los gérmenes (bacterias, virus, hongos o parásitos) para prevenir infecciones. Si se presenta una infección, su sistema inmunitario tratará de combatirla, aunque podría necesitar la ayuda de medicamentos tales como antibióticos, antivirales, antimicóticos y antiparasitarios. Sin embargo, por causas que los investigadores aún no entienden, en ocasiones el sistema inmunitario deja de combatir a los “invasores” y empieza a atacarse a sí mismo. Es el inicio de la sepsis.
Algunas personas están en mayor riesgo de sufrir sepsis debido a que están en mayor riesgo de contraer una infección. Entre ellas están las personas demasiado jóvenes o demasiado ancianas, las que padecen enfermedades crónicas y las que tienen sistemas inmunitarios debilitados o deteriorados.
La sepsis avanza a sepsis grave cuando, además de los signos de sepsis, se presentan signos de disfunción orgánica, como dificultad para respirar (problemas con los pulmones), producción de orina escasa o nula (riñones), resultados anormales en pruebas hepáticas (hígado) y cambios en el estado mental (cerebro). Casi todos los pacientes con sepsis grave necesitan tratamiento en una unidad de cuidados intensivos (UCI).
El choque septicémico es el nivel más grave, y se diagnostica cuando su presión sanguínea se reduce a niveles peligrosos.
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Signos y síntomas
Los pacientes reciben un diagnóstico de sepsis cuando presentan un conjunto de signos y síntomas relacionados con la sepsis. La presencia de una infección no significa que hay sepsis. Sin embargo, si presenta uno o más de los síntomas de sepsis, especialmente si hay signos de una infección o si pertenece a uno de los grupos de alto riesgo, su médico puede sospechar sepsis.
Los signos y síntomas son:
Tratamiento
La sepsis es una emergencia médica. Debe tratarse con la mayor rapidez y eficacia posible, en cuanto se identifique. El tratamiento incluye la administración rápida de antibióticos y líquidos. El riesgo de muerte por sepsis aumenta hasta un 8% por cada hora que pase antes de iniciar el tratamiento.
Antibióticos
Los médicos recetan antibióticos (usualmente de más de un tipo) dependiendo del tipo de infección. Los antibióticos de amplio espectro son los medicamentos de primera línea. Estos antibióticos funcionan contra varias de las bacterias más comunes. Se trata de antibióticos intravenosos, por lo que pueden administrarse de manera rápida y eficaz al sistema circulatorio.
Líquidos intravenosos
Los antibióticos por sí solos no tratan la sepsis; también se necesitan líquidos. El organismo necesita líquidos adicionales para ayudarle a evitar que la presión arterial disminuya a niveles peligrosamente bajos, causando choque septicémico. Administrar líquidos intravenosos permite que el personal médico lleve un control de la cantidad de líquidos y controle el tipo de líquido.
Asegurarse de que el organismo tenga suficientes líquidos ayuda al funcionamiento de los órganos, y puede reducir los daños causados por la sepsis.
Posibles tratamientos y equipos adicionales
Dado que todos los pacientes son diferentes y que hay muchas causas de sepsis, no todos los tratamientos disponibles son adecuados para todos los pacientes. Para averiguar qué tratamiento necesitan usted o su ser querido, y por qué, consulte a su proveedor de servicios médicos.
Terapias extracorpóreas
Las terapias extracorpóreas son tratamientos que se administran con máquinas y técnicas tales como la terapia de reemplazo renal continua (un tipo de diálisis) o la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés; un tipo de soporte vital).
Factores de riesgo
Las personas con más riesgo de desarrollar sepsis incluyen a las personas muy jóvenes y muy ancianas (bebés y adultos mayores), así como a las personas con enfermedades crónicas o graves, como diabetes y cáncer, y a quienes tienen un sistema inmunitario debilitado.
Prevención
La sepsis puede ser causada por cualquier tipo de infección: bacteriana, viral, micótica o incluso parasitaria. Solamente es posible prevenir la sepsis mediante la prevención de las infecciones, con medidas constantes de higiene y al evitar a las personas con infecciones. Otras infecciones pueden evitarse con vacunas.
Usted puede ayudar a prevenir la sepsis tomando las siguientes medidas:
Vacunación
Cuando tiene una enfermedad viral, como la gripe, usualmente su organismo produce anticuerpos que evitan que vuelva a contraer la enfermedad: lo vuelven inmune. Se han desarrollado vacunas para la prevención de muchos virus, como los que causan la varicela, el tétano y la poliomielitis. Estas vacunas, que a veces se conocen como inmunizaciones, engañan a su organismo y lo hacen creer que se ha infectado con el virus, y así lo vuelven inmune a la enfermedad.
Cuidado de las heridas
Todas las cortadas, raspaduras o perforaciones de la piel, incluyendo a las incisiones quirúrgicas, pueden permitir la entrada de bacterias que podrían causar una infección en su organismo. Por ese motivo, deben limpiarse las heridas lo antes posible, y deben mantenerse limpias hasta que se curen.
Además, preste atención a los signos de infección, que incluyen: enrojecimiento alrededor de la herida, sensación de calor al tacto en la piel que rodea a la herida, aumento del dolor y secreciones de la herida. Consulte a su médico o enfermero profesional si sospecha que puede tener una infección.
Tratamiento de las infecciones
Tome muy en serio todas las infecciones, como las infecciones de las vías urinarias y la neumonía. Si le han diagnosticado una infección bacteriana, probablemente le receten tratamiento con antibióticos. Los antibióticos son medicamentos que matan a las bacterias o les impiden reproducirse.
La mayoría de las infecciones virales se resuelven sin tratamiento, pero con algunas infecciones virales podrían necesitarse medicamentos antivirales. En ocasiones pueden recetarse medicamentos para los síntomas que causa el virus.
Las infecciones provocadas por hongos o parásitos deben tratarse con medicamentos específicos que eliminen la causa.
Lavado de manos
Lavarnos las manos es una tarea sencilla que todos hacemos varias veces al día. Sin embargo, para que el lavado de manos sea eficaz, debe hacerse correctamente y, por lo general, con más frecuencia de la que acostumbran la mayoría de las personas.
Para lavarse bien las manos simplemente necesita usar agua corriente (para ayudar a eliminar los residuos de sus manos), enjabonarse bien las manos (asegurándose de frotar entre los dedos y debajo de las uñas), y secarse bien las manos con una toalla limpia.
Si usa desinfectante de manos (limpiador sin agua), use los mismos movimientos de frotar las manos una contra otra y frotar entre los dedos, y recuerde frotar el dorso de sus manos y sus pulgares. Sus manos deben estar secas antes de que toque cualquier cosa.